Introducción
La soberbia es uno de esos defectos que todos vemos con claridad… en los demás. Pero rara vez reconocemos en nosotros mismos. Y sin embargo, está ahí: cuando nos creemos mejores, cuando no escuchamos, cuando despreciamos lo que no entendemos, cuando no pedimos perdón, cuando nos ofendemos fácilmente.
¿Qué es la soberbia en una persona? ¿Cómo se manifiesta? ¿Qué efectos tiene en nuestra vida espiritual, emocional y social? En este artículo exploramos qué significa ser una persona soberbia, cómo reconocer esos rasgos en nosotros o en quienes amamos, y qué hacer para sanar.
¿Qué es ser una persona soberbia?
La soberbia es una forma de orgullo desmedido. Es la creencia de que uno está por encima de los demás, de que no necesita aprender, ceder ni cambiar. Pero a diferencia del orgullo que puede motivar logros o perseverancia (según algunos psicólogos), la soberbia no busca construir, sino imponerse.

Es un ego hinchado que se disfraza de seguridad, pero que en el fondo es miedo a mostrarse vulnerable.
Qué significa la soberbia en una persona
Cuando hablamos de soberbia humana, nos referimos a una actitud interior que rechaza la humildad, resiste el consejo y se encierra en sí misma. Se manifiesta en relaciones personales, decisiones laborales, posturas ideológicas y también —aunque suene paradójico— en entornos espirituales.
Cómo es una persona soberbia
- Cree tener siempre la razón.
- Le cuesta pedir perdón.
- No tolera que lo corrijan.
- Busca sentirse superior o demostrar que sabe más.
- Desprecia ideas o estilos de vida distintos.
- Le cuesta celebrar los logros ajenos.
- No acepta ayuda, porque cree que no la necesita.
- Se justifica siempre: la culpa siempre es del otro.
Estas actitudes no siempre son obvias. A veces la persona soberbia no alza la voz ni se burla. Pero interiormente desprecia, se cree más iluminada o moralmente superior.
Soberbia espiritual: cuando el ego se disfraza de fe
Uno de los rostros más peligrosos es la soberbia espiritual. Es cuando alguien cree estar tan cerca de Dios, que empieza a juzgar a todos desde su pedestal. Usa la verdad para condenar, no para sanar. Cree tener una relación especial con lo divino, mientras olvida lo esencial: la humildad, la mansedumbre, la compasión.
Como dijo Jesús en una parábola:
“Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres…”
—Y en ese momento, el fariseo se condenó a sí mismo. (Lucas 18:11-14)
Antes de la caída es la soberbia
La Biblia lo resume con sabiduría eterna:
“Antes de la caída, se enaltece el corazón del hombre;
y antes del quebrantamiento, la altivez de espíritu.”
—Proverbios 18:12
Ese es el ciclo. Primero la soberbia. Después la caída.
Porque el soberbio vive tan arriba de los demás, que cuando cae… cae desde muy alto. La caída no es castigo divino, es consecuencia natural: quien se aleja de la verdad, se desconecta del amor. Y sin amor, todo se rompe.
Quizás te interese saber: Por qué somos orgullosos.
Cómo quitar la soberbia de una persona
No puedes quitarle la soberbia a alguien por la fuerza.
Tampoco se puede cambiar a base de críticas.
Solo el amor, el ejemplo y la verdad dicha con humildad pueden provocar el despertar.
Pero si tú estás luchando contra tu propia soberbia, aquí algunas claves:
- Escucha con apertura. Incluso a los que no piensan como tú.
- Pide perdón, aunque cueste.
- Reconoce tus errores, no los justifiques.
- Ora o medita, y pregúntate: “¿Estoy actuando desde el ego o desde el amor?”
- Recuerda que no sabes todo. Y eso está bien.
Lo opuesto a la soberbia
Lo opuesto a la soberbia no es la falsa humildad ni el auto-desprecio.
Es la humildad auténtica, que reconoce su valor sin necesidad de pisar a nadie.
Es saber quién eres… y no necesitar demostrarlo.
Ser humilde es:
- Callar cuando puedes gritar.
- Perdonar cuando podrías vengarte.
- Ceder aunque tengas la razón.
- Servir, incluso cuando no se nota.
Pecar de soberbia
En términos espirituales, pecar de soberbia es colocarse en el centro.
Es decir: “No necesito a nadie”, “No me equivoco”, “No me someto a Dios ni a nada”.
Es el pecado original: querer ser como Dios, pero sin Dios.
Por eso, la soberbia no solo te rompe por dentro.
Te aleja de lo divino.
Y al alejarte de la fuente del amor, caes inevitablemente en el vacío del ego.
Conclusión
¿Qué es la soberbia en una persona? Es la máscara más elaborada del miedo.
Miedo a ser débil. A no valer. A no ser suficiente.
Y por eso se construye una torre de argumentos, títulos, actitudes y orgullo para no mostrarse vulnerable.
Pero esa torre, tarde o temprano, se derrumba.
Y ahí es donde empieza el verdadero camino: cuando dejamos de mirar desde arriba, y aprendemos a amar desde abajo.
Porque la soberbia aleja.
Pero la humildad… acerca el alma a Dios y el corazón a los demás.